Por Ricardo Bustos
Toda vez que en el Palacio Legislativo Nacional, se dan cita quienes deberían defender los intereses de los ciudadanos, la cordura, el respeto y la razón, dejan espacio a los atropellos, golpes e insultos, típico de una reunión de borrachos en una noche de copas.
El día comenzaba con anticipos de aquello que todos conocemos. Las redes sociales se inundaban con mensajes que provocaban cierto miedo por el tenor de los comentarios. Grupos de delincuentes encapuchados, con piedras, palos y cuanto objeto bélico casero pudieran portar, esperaban escondidos entre la multitud que, democráticamente se daba cita a las puertas del Congreso para reclamar en contra del presupuesto nacional que los Legisladores comenzaban a tratar en el recinto de la Cámara de Diputados.
En una imagen casi calcada de ocasiones anteriores, una mujer pasada en años y maldad manifiesta, se preparaba en su cómodo medio de transporte, con custodia personal, para asistir a la manifestación, pero con un detalle que no pasó desapercibido. Portando una máscara antigases, símbolo inequívoco de un acontecimiento anunciado y, por qué no creer, elaborado también por su gente, la misma que a lo largo de la historia violenta de los tiempos que disfrutamos la democracia, se ha encargado de romper plazas, paseos, vehículos, comercios y cuanto objeto fijo encuentran a su paso cuando de hacer notar su presencia se trata.
En otra imagen de la deteriorada y decadente ideología, como contrapartida, una joven Legisladora que sabe mucho de violencia en carne propia, se presenta en el Recinto con una imagen en tamaño natural, de la titular del FMI Christine Lagarde, portando la banda presidencial en su pecho a modo de burla para ejemplificar que es Ella y no el Presidente Macri, quien conduce los destinos del país.
Los inadaptados de siempre, ya habían destruido los bancos de la Plaza de los dos Congresos y la Policía (lenta para reaccionar) comienza a reprimir con gases lacrimógenos, balas de goma y el camión hidrante tratando de calmar a los desaforados. Ese momento es registrado en el interior del recinto y, como lo hacen toda vez que se producen estas escaramuzas, los primeros en salir a la calle para «increpar» a las fuerzas del orden, son los diputados que responden a la izquierda y al residual «K» (cada día con menos seguidores). No logran convencer a los uniformados pero su objetivo está cumplido.
Ante la prensa, tratan de explicar lo inexplicable. «La Policía reprimió a los manifestantes» se les escucha decir, pero en ningún momento hacen mención al motivo de esa respuesta por parte de quienes deben cuidar el orden mientras ellos, cómodamente instalados, tomando café, sentados en sus acolchadas bancas y cobrando salarios, diez veces superiores a los que afuera protestaban, olvidan que «estamos así porque ellos dejaron el país así».
Se enojaron los legisladores de la oposición porque se votó todo en un mismo paquete y olvidan que en épocas de la abogada exitosa, los proyectos que llegaban a las Cámaras, se votaban a libro cerrado sin tocar una sola coma. Eran tiempos de «Vamos por Todo» y nadie tenía voz ni voto para llevarles la contra.
Los mismos que hoy insultan, ofenden y tratan de mostrar otra imagen, nada dicen de los bolsos con dólares robados al pueblo argentino que cada día aparecen como hormigueros por todos lados sin poder justificar su origen.
Si hablamos de ideologías, salvo Fidel Castro, y su hermano que, según parece, ni los EEUU sienten el deseo de atacar porque ya no tienen peso político ni estratégico en un mundo globalizado, hoy transitan por caminos sinuosos sin sustento para sus proyectos regionales.
El chavismo se está deshilachando y ha convertido su proyecto bolivariano en una cueva de narcotraficantes sin futuro. Lula Da Silva y Dilma, han quedado fuera del sistema porque esto es como «pelar una gallina al viento»… después nadie quiere juntar las plumas. El ideólogo de una «nueva República» en Uruguay, Don Pepe Mujica, se cansó de la mentira ideológica y colgó los botines en su chacra. La ex «dama de hierro» argentina, Cristina Fernández viuda de Kirchner, una vez que el sostén e impulsor la llevó al poder antes de abandonar esta vida terrenal, pasó a ubicarse en el mismo lugar que en su momento ocupara otra viuda, no menos trascendente que esta, a juzgar por el entorno que la mantenía a resguardo.
A muchos quizá les produce cierto sarpullido comparar a Cristina con María Estela Martínez viuda de Perón, pero el peso de la historia siempre dará la derecha a esta última ya que a nadie puede extrañar a la hora de comparar el valor político de uno y otro apellido en sus pertenencias. Kirchner, obviamente, dista mucho de ser Perón.
Así las cosas, Concejales, Diputados, Senadores, Gobernadores y jueces, hoy forman parte de la misma legión de «punteros políticos depreciados». Cada día, amanecemos descubriendo algún ilícito de esos que duelen en el alma y el bolsillo porque no se trata de robar una gallina. Esta gente se ha llevado puesto un país entero y con el a toda la gente que, equivocada o no, depositó ciegamente su confianza porque creyó en las propuestas.
Peronistas, Radicales, Socialistas, Comunistas, Progresistas, Independientes, Vecinalistas, elija usted cualquiera de estas agrupaciones (que hace tiempo dejaron de ser Partidos Políticos) y trate de encontrar alguna donde sus miembros gocen de buena imagen para las próximas elecciones. Mujeres y hombres con bajo o nulo contenido cultural en sus actos, vidas de millonarios en personas cuyos orígenes sociales se fundan en barrios humildes y en algunas ocasiones asentamientos, hoy miran sobre el hombro a quienes con su voto, les dieron la posibilidad de vivir esa mentira que, tarde o temprano, cuando vuelvan a la realidad se darán cuenta que la vida pasa por otro lado.
El viejo refrán «El mono se viste de seda, pero mono queda», les viene como anillo al dedo a estos dirigentes que no deben sorprendernos porque han salido del seno de nuestro pueblo. Así somos, como ellos y nos resistimos a aceptar que nunca seremos los campeones, los mejores, los mas vivos, los que todo sabemos, opinando de cualquier cosa. Somos débiles morales, intelectuales y políticamente hablando. Si nos atrevemos a reconocer todo ello, quizá algún día comencemos a caminar por un sendero que nos lleve a un destino diferente.
Alemania, Francia, Inglaterra y Japón, resurgieron de las cenizas porque sus pueblos tienen identidad y cuando la nación los llamó a trabajar, a ninguno se le ocurrió pensar a que Partido Político pertenecían quienes los convocaron. Argentina, todavía se debate entre la Patria o el Movimiento, que es lo mas parecido al huevo o la gallina.
La historia nos ha dado mucho más de lo que imaginábamos. Nos dió a San Martín y Belgrano, pero murieron en el exilio, una de las religiones permitió que fuera Argentina, quien tuviera el primer Papa americano, pero como no podía ser de otra manera, esta vez no fué el pueblo cristiano quien se encaprichó en contra de su figura, sino el propio pontífice que con sus actos ideológicos abrió más la brecha entre los sufridos argentinos que tenían la enorme esperanza de contar con las bendiciones papales sin verlas impregnadas de sucia política partidista.
Como a veces la muestra se ve en un botón, la prueba evidente que no se puede esconder, es el apoyo implícito de un sector de la iglesia argentina, a la convocatoria sindicalista partidaria a la Basílica de Luján y su exteriorización sin concesiones por parte del Arzobispo oficiante de la misa. «Es imposible que un obispo no le informe al Papa».
Los argentinos somos como el perro….. «Siempre nos mordemos la cola».
«No es tarea fácil dirigir a hombres; empujarlos, en cambio, es muy sencillo». Rabindranath Tagore (1861-1941) Filósofo y escritor indio.
El autor es: Locutor Nacional-Comunicador.
Capiovi Misiones, Argentina
DNI 7788556